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Mia Politis: "Una experiencia de vida"


Al recibir la noticia que tenía la oportunidad de contar sobre mi experiencia en la organización, me di cuenta del desafío que tenía frente a mí... ¿Cómo encontrar las palabras para expresar lo tanto que me ha impactado formar parte de este grupo de jóvenes?


Participando de una capacitación en la Academia Interamericana de Panamá

Por esa misma razón, quiero utilizar mis primeras palabras para advertir al lector que por más que intente, la única manera de entender lo increíble y transformador que es pertenecer a un grupo de personas cuyo objetivo es realizar un impacto positivo en todos aquellos que los rodean, es vivirla por sí mismo.

A diferencia de muchos chicos, yo vivía en una constante mudanza de ambiente y colegios. Por lo tanto, no fue


difícil para mí ponerme la etiqueta de “la chica nueva” a donde sea que vaya.


Creo que muchos pueden estar de acuerdo cuando digo que el proceso de adaptación siendo una niña (o niño) cuyo único objetivo es encajar y sentirse parte de algo, no es nada fácil.


Cosa que me lleva a pensar cómo la sociedad subestima la carga tan pesada que puede llegar a ser lo que nos moldea como ser humano, con valores íntegros, siendo tan joven en una comunidad en donde esperan todo de ti menos que seas tú mismo.


De esta experiencia, aprendí lo que se sentía ser parte de un caso de acoso escolar, y mi nueva misión: hacer algo al respecto para que nadie se relacione con lo que sentí esa vez. Desde pequeña, supe que mi propósito en esta vida era servir.


Desde pequeña, supe que mi propósito en esta vida era servir.

No tenía una idea muy clara de cómo lo iba a llevar a cabo, pero sabía que más que un deseo de aportar, era mi responsabilidad como ser humano apoyar a quién lo necesitase. Un día, mi papá me comentó sobre un grupo de jóvenes que habían creado una iniciativa en contra del acoso escolar, inmediatamente me sentí energizada por la idea.


Era febrero de 2020 y la organización como la conocemos hoy en día, tenía todavía el título de movimiento. Decidí enviarle un mensaje a la cuenta oficial de Instagram, diciendo que estaba interesada en formar parte.


Pasaron unas semanas y recibí una llamada de dos integrantes de la organización, cuyo fin era entrevistarme y ver de qué forma podría encajar como parte del equipo técnico. Nunca me hubiese imaginado que las mismas personas que me llamaron esa vez, se iban a convertir hoy en día en dos de mis mejores amigos.

Inicié mi camino en Ni Uno Más siendo Directora de Recursos Humanos. Como cualquier nueva experiencia, trajo sus desafíos. Los primeros meses se me dificultaba muchísimo asumir el cargo de liderazgo y poder balancear mis responsabilidades académicas con el voluntariado.


Pasaban semanas en donde me sentía estancada y asumía que la razón por la que no podía llevar a cabo las tareas que la posición requería de mí, era porque no llegaba a la capacidad y altura de la organización. Hasta que un día, me tomé un espacio para analizar y decidir qué camino iba a tomar.

Todo cambió en el momento que me di cuenta que todo el trabajo estaba rindiendo frutos. Habían chicos y chicas que se nos acercaban a decirnos como antes se sentían solos, y el apoyo que les extendemos les daba la seguridad para alzar su voz.


Me di cuenta que más que un grupo de jóvenes en una misión, éramos una mano para todos aquellos que necesitaban alguien que los ayudara a levantarse. La mano que hubiera matado por tener cuando me sentía sola.


A medida que avanzamos en nuestra misión, encontrábamos más desafíos, pero era un reto que valía la pena sobrepasar. Desde entonces, decidí que en vez de bajar la perspectiva que tenía de mí misma, me iba a permitir usar la oportunidad para crecer y estar a la altura del desafío.

Lanzando el Kind Shop de NI1+

Desde entonces, decidí que en vez de bajar la perspectiva que tenía de mí misma, me iba a permitir usar la oportunidad para crecer y estar a la altura del desafío.

Ahora miro hacia atrás siendo una persona completamente diferente. Es increíble cómo rodearte de personas con valores e intenciones tan puras, puede ayudarte a crecer tanto, y en mi caso, alinearse más con mis objetivos. Definitivamente el medio ambiente en el que emprendemos, nos potencia.

Se me quedan cortas las palabras para describir lo increíble que ha sido ver el impacto que se ha podido lograr. La cantidad de personas que se han sumado a la causa, los colegios que nos han abierto las puertas para seguir transmitiendo nuestro mensaje, incluso el reconocimiento que ha sido otorgado por diversas empresas.


Considero que Ni Uno Más tiene el poder de tocar la vida de muchos, y transformar la de aquellos que se involucran. Siendo 100% honesta, considero que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, que me ha ayudado a crecer como ser humano.


Si hace dos años me hubieran dicho que hoy en día sería Directora General, no creo que les hubiera creído.


Si hace dos años me hubieran dicho que hoy en día sería Directora General, no creo que les hubiera creído.

Actualmente tengo 17 años, y me encuentro viviendo en Buenos Aires, Argentina. Pero la distancia no ha sido un obstáculo para mi cuando se trata de seguir contribuyendo a Ni Uno Más.


Gracias a diversas herramientas, apoyo de mis amigos dentro de la organización, y pasión por lo que hago, he logrado mantener una presencia activa dentro de ella.


He tomado este hecho como prueba de que no importa la cantidad de vueltas que puede dar la vida, si nos proponemos a luchar por hacer los que nos llena el corazón, siempre va a existir una manera de volverlo realidad.


Con la Ministra de Educación, S.E. Maruja Gorday de Villalobos

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